Iberaval y Aquisgrán respaldan el proyecto de alimentación de proximidad impulsado por esta caraqueña, ejemplo del empuje empresarial de los foráneos en la ciudad del Acueducto
Violeta Linares llegó a Segovia, procedente de Caracas, en Venezuela, hace un tiempo. Con vistas a prosperar, decidió lanzar su negocio. Lo hizo en plena pandemia. «Me decían que estaba loca: cuando otros estaban cerrando, yo estaba abriendo». Pero ella tenía muy claro su plan: comenzar con una tienda de alimentación de proximidad, que también ofreciese productos llegados de Latinoamérica para, en un futuro no muy alejado, montar su propio obrador donde hornear arepas, tequeños o pan de jamón -productos típicos de la región de la que procede-, que pueden tener gran aceptación entre la numerosa colonia hispanoamericana residente en Segovia y otros vecinos que están incorporando estos platos a su dieta.
El entusiasmo contagioso de Violeta convive con el realismo y el buen juicio que ha aportado su larga experiencia comercial en su Venezuela natal, donde regentó una tienda de accesorios de telefonía y un comercio de alimentación. Pero las enormes dificultades de su entorno (hiperinflación, inseguridad, falta de suministros básicos…), finalmente la llevaron a, siguiendo conexiones familiares, empezar una nueva vida en la ciudad del Acueducto.
Tras cuatro años desempeñando varios trabajos por cuenta ajena, Violeta vio su oportunidad: alquilar un pequeño local muy bien situado cerca de la antigua estación de trenes de Segovia, para volver a ser empresaria.
Sin embargo, a las primeras de cambio, se encontró con el problema común a muchos emprendedores: a pesar de su demostrable experiencia, y lo sensato de su propuesta, ningún banco quería avanzarle el modesto capital que necesitaba para arrancar. Hasta que la sociedad de garantía (SGR) Iberaval, tras apreciar los méritos de Violeta y conocer su plan de negocio, decidió concederle un aval, y presentar la solicitud de financiación a Aquisgrán, que resultó aprobada en tres días. Esto hizo que Violeta Linares, convertida en la primera mujer beneficiaria de un préstamo de Aquisgrán, pudiera abrir su negocio a finales del mes de junio, con resultados esperanzadores.
El caso de Violeta Linares ilustra un fenómeno bien conocido, pero a menudo olvidado: los migrantes son grandes creadores de empresas de éxito en los países que los acogen: el 40 por ciento de las 500 mayores empresas de Estados Unidos fueron creadas por migrantes o por hijos de migrantes. Así, el sudafricano Elon Musk fundó Tesla; el ruso Sergey Brin creó Google, el brasileño Mike Krieger inventó Instagram y el ucraniano Jan Koum hizo lo propio con WhatsApp. En España, según el INE, el 12 por ciento de los trabajadores por cuenta propia son de nacionalidad extranjera que, de este modo, contribuyen al crecimiento y al dinamismo de nuestra economía.
Gracias a SGR como Iberaval y a la nueva fuente de financiación que es Aquisgrán emprendedores como Violeta Linares, podrán, independientemente de su nacionalidad, disponer de la financiación que, aunada a su experiencia y entusiasmo, les permitirá hacer realidad sus proyectos.
Violeta Linares puede ser contactada a través de su página de Instagram https://instagram.com/violetapanaderia